
Cambiar de país no es solo enfrentarte a un nuevo idioma o cultura
Es sostenerte emocionalmente en un nuevo comienzo, redefinir tu identidad y reconstruir tu vida sin perderte en el intento.
Sin un guía emocional adecuado, el precio suele ser alto: aislamiento, desmotivación, ansiedad silenciosa o la tentación de abandonar tus metas.