
¿Y si el mayor activo de tu empresa no fuera lo que produce sino cómo se sienten quienes lo hacen posible?
La salud emocional se ha convertido en una prioridad estratégica en las empresas. El burnout, la ansiedad, y la baja autoestima impacta directamente el rendimiento, el clima laboral y la retención del talento.
Mejorar la productividad no implica exigir más, sino apoyar mejor a quienes logran los resultados.