4 cosas que debes saber sobre la Ansiedad
¿Te irritas con facilidad?
¿Nunca te sientes del todo relajad@?
¿A menudo se te dificulta concentrarte?
¿Tienes problemas para conciliar el sueño?
¿Sientes con frecuencia mareos o dolores de cabeza?
¿A veces tienes contracciones musculares o te falta el aire?
Si respondiste afirmativamente a por lo menos dos de estas preguntas, esta información es importante para ti.
Lo más probable, es que estés sufriendo de Ansiedad. Y sí, seguramente has escuchado este término miles de veces y en muchos contextos, pero hoy quiero compartirte cuatro datos concretos que te ayudarán a comprender y controlar tu ansiedad en tiempo récord.
¿Comenzamos?
Tu ansiedad es un estado mental:
La mayoría de las veces se define a la Ansiedad como un sentimiento de preocupación excesiva, una sensación de angustia permanente, inseguridad extrema o una emoción de inquietud. Lo cierto es que, aunque la ansiedad se traduzca en emociones o sensaciones intensas, o se manifieste en tu cuerpo a nivel físico, se trata de un estado mental, es decir: se produce con tu pensamiento y se alimenta de él.
No parece tan fácil llegar a ese estado, pero…
Ansiedad: Signos de Alerta
- Negativismo consigo mismo.
- Falta de decisión.
- Miedo al qué dirán.
- Cuestionamiento de sus propias decisiones.
- Miedo de perder el control.
- Miedo que la gente sepa, que no sabemos.
- Tener alguna conducta adictiva ante la dificultad.
- Sensación de estar “enjaulado”.
- Sensación de parálisis.
- Pensamiento confuso.
- Tendencia a evitar la situación difícil.
- Inseguridad, temor.
Principales tipos de ansiedad:
-
Trastorno de Ansiedad social
Fuerte sensación de tensión o nerviosismo en entornos sociales.
-
Trastorno de Ansiedad Generalizada.
Una sensación diaria e mucha preocupación y ansiedad todos los días que dura aproximadamente seis meses.
-
Trastorno de Pánico.
Una sensación súbita de miedo y pavor intenso que sucede sin ninguna causa.
-
Trastorno Obsesivo Compulsivo.
Pensamientos frecuentes, a menudo perturbadores que pueden provocar conductas compulsivas, que aparentemente no se pueden controlar o detener.
-
Trastorno por estrés postraumático.
Recuerdos vividos y atemorizantes, acompañado de pesadillas y de peligros imaginarios inminentes después de un evento traumático.
Temor extremo a cosas o situaciones que presentan muy poco o ningún peligro real.
Transtornos de Ansiedad
Es un sentimiento de desazón y desasosiego generalizados y persistentes, que no están referidos a ninguna circunstancia ambiental en particular. La característica principal para identificarla es: “No sé porque estoy así”, “No me hayo”, acompañado de sensaciones de inquietud inseguridad, inestabilidad, aprensión (preocupación excesiva), presentimientos negativos y algunos síntomas físicos como temblor, mareo, palpitaciones, tensión en los músculos y molestias digestivas.
La ansiedad forma parte de nuestras emociones, y es natural sentirla ante determinadas situaciones como un imprevisto, un cambio de domicilio o de trabajo, un accidente, o cualquier evento que consideremos un peligro o que nos resulte difícil de manejar.
Si se trata de un sentimiento puntual y pasajero, generalmente asociado a una situación estresante, como puede ser hacer un viaje en avión para alguien que tiene miedo a volar, no tendrá mayores repercusiones. Sin embargo, cuando la ansiedad es recurrente sin que existan motivos justificados que la desencadenen, o cuando es el entorno en el que vivimos el que nos genera una ansiedad constante, podría llegar a tener graves consecuencias para la salud.
Cuando estos sentimientos suceden con frecuencia, una persona puede tener un trastorno de ansiedad. Otros problemas que pueden incluir estrés son:
- Trastorno obsesivo-compulsivo.
- Trastorno de pánico.
- Trastorno de estrés postraumático (TEPT).
Trastorno o Ataque de Pánico
El trastorno de pánico es una de las variaciones de los trastornos de ansiedad en el cual te dan episodios inesperados y repetidos de intenso miedo, terror, pavor, susto, temor, sin ninguna causa real o aparente, en el cual sientes que estás perdiendo el control (sentimientos de irrealidad)l, que te vas a morir o va a pasar algo grave, y sientes síntomas mentales y físicos que pueden incluir dolor en el pecho con palpitaciones como si te fuera a dar un infarto (taquicardia),sensación de falta de aire, mareos, angustia, dolor abdominal, debilidad, sudoración, escalofrío, hormigueo en manos o pies, calor, entumecimiento, sensación de peligro permanente, falta de aliento, opresión en la garganta.
Este trastorno de Pánico es más común en las mujeres, generalmente en adultos jóvenes, aunque en la última década ya se vienen presentando también en el género masculino, ocasionado por multiplicidad de factores que lo podrían desencadenar como la presión social, laboral, académica, eventos económicos, familiares, pareja, presión emocional, muerte de una persona cercana, postparto, largos periodos de estrés, exámenes, baja autoestima, experiencias traumáticas en la niñez o adultez, bulling, discriminación de género, enfermedad, etc
Estos Ataques de Pánico pueden suceder alguna vez en tu vida, tienden a desaparecer cuando lo manejas y haces consciente la situación, pero si los estados de estrés son recurrentes y no los manejas a tiempo y sientes pavor, miedo o terror de sufrir otro “ataque”, de manera diaria, semanal o mensual, ya lo puedes considerar con un Ataque de Pánico, en especial cuando hay situaciones repetidas en tus diferentes áreas de tu vida (personal, social, intelectual, laboral, económica, pareja, familiar) .Estos síntomas pueden ocurrir en cualquier momento y en cualquier lugar de manera ocasional o permanente. Después del ataque te puedes sentir muy cansado con sentimientos de desconexión.
Es importante saber que los Ataques de Pánico nunca van a poner en riesgo tu vida y tu salud física, pero si deteriora tu salud mental y emocional, ya que pueden ocurrir en cualquier momento sin siquiera avisarte. Cuando consultas a tiempo, aprendes a manejar estos estados de miedo y pavor, ya que puedes identificar qué es lo que está creando tu mente para autosabotearte y crear esa sensación de zozobra que involucra toda tu parte psicosomática (cuerpo y mente) con el propósito terapéutico de tener herramientas para manejar esos pensamientos negativos, como por ejemplo, “tengo miedo de volver a sentir esa sensación”, “siento que con esta crísis me voy a morir”, “Que va a ser de mi vida si sigo así” “no quiero salir de casa”, “me va a dar un ataque cardíaco” “me voy a ahogar” “ese sitio me produce el ataque” “voy a perder el control” “me voy a morir, no siento mis manos” “ me voy a desmayar” “siento que algo malo me va a ocurrir” etc.
Las herramientas terapéuticas son eficaces ya que uno de los peores miedos del Ataque de Pánico, es que vuelva a ocurrir, es por ello que evitas a toda costa vivir ciertas situaciones que para ti son detonantes y esto hace que deteriores todos tus ámbitos de vida por evitación de cada una de las situaciones y por ende produce el aislamiento de tu entorno. Tan pronto identifiques que tienes ataques de pánico recurrentes no dudes en pedir ayuda ya que puede desencadenar complicaciones como tener fobias(miedo a espacios abiertos, animales,etc), hipocondría (miedo frecuente a tener algo grave), ansiedad, depresión, aislamiento, consumo de sustancias psicoactivas, perdida de trabajo, amigos, pareja, perdida de bienes materiales, codependencia etc.
Ansiedad: Causas
Las causas que surgen de la ansiedad en las personas pueden ser muy diversas y de diferente naturaleza, pueden tener un origen por causas orgánicas y ciertos trastornos, otras veces por causas emocionales e incluso en ocasiones de carácter psicosomático. La ansiedad también puede ser causada por ciertos fármacos o sustancias psicoactivas, bien sea por su consumo o por abstinencia de las mismas.-
Causas orgánicas de ansiedad.
Por enfermedades físicas.
-
Causas emocionales de ansiedad.
Situaciones traumáticas por separación en la niñez o adultez, la falta de sueño, de apetito, pérdida del deseo sexual, acciones compulsivas-obsesivas, no aceptación social o laboral…
-
Causas de ansiedad por fármacos o sustancias.
Algunos fármacos pueden inducir a la ansiedad, como las anfetaminas, cocaína, el consumo excesivo de café, morfina, heroína, alcohol, tabaco…
- Experiencias personales que han impedido desarrollar mecanismos adecuados para afrontar el estrés.
- Patrones de pensamiento inadecuados, como metas poco realistas o valores imperativos aprendidos de otras personas importantes, como padres, jefes.
- Grandes expectativas o auto-exigencia ante metas.
- Aumento de responsabilidades en cualquier área de su vida.
- Despidos laborales.
- Rendir cuentas a superiores.
Sentir ansiedad es más común de lo que piensas:
Los trastornos de ansiedad se encuentran entre las enfermedades más comunes en el mundo occidental. Y es que las causas se originan en nuestras actividades, emociones y pensamientos cotidianos, como cuando sabes que debes prepararte para una exposición importante, un examen, o una discusión pendiente, y el solo hecho de pensar que puede salir mal, comienza a generarte preocupación.
Sin embargo, debes saber que…
Cada persona experimenta la ansiedad a su manera:
Aunque, como seres humanos, tendemos a experimentar el mismo rango de emociones y sensaciones, todos podemos manifestar la ansiedad de formas distintas al momento de querer atenuarla. Por ejemplo, algunas personas tienden a comer cantidades excesivas de comida, o consumen muchas grasas y azúcares; otras se muerden las uñas, y otras salen a correr a las 2 o 3 de la mañana al no poder dormir. Cada persona vive la ansiedad a su manera y, ya sea consciente o inconscientemente utiliza sus propios mecanismos para atenuarla.
Lo cierto es que los síntomas sí tienden a ser los mismos, por ejemplo:
Dolores de cabeza y/o mareos:
Esta es la razón por la que, cuando sientes mucha ansiedad, pierdes el equilibrio.
Fatiga:
Ya sea muscular o emocional. Por eso, en muchos casos, tu ansiedad puede venir acompañada de episodios de depresión.
Agitación y sensación de falta de aire:
El sentimiento de preocupación excesiva o incertidumbre que produce la ansiedad, puede inducirte a respirar con mayor velocidad. En muchas ocasiones, tu sentido del olfato puede alterarse, de forma que la mayoría de las cosas te huelan mal.
Irritabilidad:
Muchas veces, cuando la mayoría de las cosas te causan enojo y cuando eres intolerantes la mayor parte del tiempo, es porque sufres de Ansiedad.
Dificultad para concentrarse:
Al estar lleno de preocupaciones, es imposible enfocarte en una sola cosa.
Dificultad para conciliar el sueño:
De la misma forma, al tener la mente tan llena de pensamientos, no consigues relajarte.
Ahora, es imprescindible que sepas esto:
Tu ansiedad crecerá si no dejas de alimentarla:
La ansiedad es como un círculo vicioso: funciona con pensamientos negativos que generan, a su vez, más pensamientos negativos que alimentan tu ansiedad.
Es importante que sepas que con el hecho de gestionar tus pensamientos, puedes darle un vuelco completo a esa sensación que no te permite vivir tranquil@.
Puedes comenzar por respirar con calma durante unos minutos, o hacer un poco de ejercicio todas las mañanas.
Evita pensar en el pasado o en el futuro, pues esto solo acrecentará tu ansiedad. Enfocarte en el presente es lo que más necesitas para optimizar tu salud mental.
Existen otras técnicas, más especializadas y más efectivas para tratar tu ansiedad, como la PNL (Programación Neurolingüística) y la Sofrología, que no solo te ayudarán a comprender las causas de tu ansiedad, sino que te enseñarán a gestionar tus pensamientos y emociones para el resto de tu vida.
Debes conocer las causas de tu ansiedad para poder tratarla
La ansiedad puede impedirnos vivir con tranquilidad y felicidad. Pero el hecho de que sea un estado mental, nos da también una luz para comenzar a tratarla desde lo que decidimos o no pensar. El primer paso está en tus manos -o tu cabeza-. Solo necesitas un empujón…
¿Dónde puedo encontrar ayuda?
En www.emocionalmenteok.com, hallarás las herramientas que necesitas para aprender a reconocer y gestionar tus miedos y emociones para mejorar tu salud y tu calidad de vida.
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